El primer paquete de medidas relacionadas con la economía circular se presenta en Europa en el 2015 y afecta, entre otros, al sector del packaging.
Se trata de incentivar modelos económicos que permitan revalorizar el final de vida del envase y embalaje. ¿El objetivo? Todo envase en mercado europeo deberá ser 100% compostable, reciclable o reutilizable en 2030 .
A través del uso de materiales reciclables que permitan incorporar reciclado en los envases; con nuevos modelos de uso de envases reutilizables; con materiales que reduzcan la dependencia de fuentes fósiles.
En relación con el envase, son dos las directivas que establecen hitos y timings: de una parte la de plásticos monouso que desde julio 2021 prohíbe y limita el uso de diversos elementos de plástico – entre ellos contenedores de alimentos y vasos de bebida- y de otra parte la directiva de envase y sus residuos que establecerá nuevos objetivos de reciclado y reutilización de envase a partir del último trimestre del 2021.
Sin olvidar los nuevos instrumentos regulatorios que se están desarrollando a partir del nuevo plan de acción europeo de economía circular lanzado en marzo 2020 (que aborda el impacto en el packaging de monomateriales, materiales biobasados, compostables, biodegradables).
Además, el pasado 31 de marzo se aprobó la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para la economía circular. Esta nueva ley instaura dos impuestos, uno sobre los envases de plástico no reutilizables y el impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos. Ambos impuestos entran en vigor el 1 de enero de 2023.
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