Cultura de calidad y seguridad alimentaria de packaging: un requisito GFSI

05.02.2020
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The Global Food Safety Initiative (organismo internacional que engloba las principales normas de seguridad alimentaria, como BRC, IFS, FSSC) promueve desde años atrás el concepto de cultura de seguridad de producto en las compañías alimentarias (procesadoras de alimentos, fabricantes de packaging y afines) con la finalidad de observar una serie de creencias, valores y comportamientos que garanticen el alineamiento de la estrategia empresarial con la mejora continua de la calidad y seguridad alimentaria. Este posicionamiento ha quedado reflejado en la actualización de las principales normas para garantizar calidad y seguridad de packaging. En este sentido, 2020 se inicia con la nueva versión BRC Packaging v6 que incorpora como cláusula fundamental el establecimiento de un plan de mejora continua de calidad y seguridad alimentaria, así como en la v5 de la norma FSSC 22000 Packaging.

Este importante cambio, sobre implementación de cultura de calidad y seguridad de producto, se describe en la cláusula 1.1.2 de BRC Packaging v6:

“La gerencia sénior del establecimiento deberá definir y mantener un plan claro y efectivo para el desarrollo y la mejora continua de una cultura de seguridad y calidad del producto. Ello deberá incluir lo siguiente:

  • Actividades definidas que involucren a todos los sectores del establecimiento que tengan un impacto en la seguridad y calidad del producto,
  • Una descripción de cómo se realizarán y medirán las actividades y los cronogramas previstos,
  • Una revisión de la efectividad de las actividades finalizadas y en curso.”

En esta publicación, os hablamos sobre el plan de cultura de seguridad y calidad del producto, centrándonos en explicar su significado, sus implicaciones y finalmente, como implementarlo. ¡Empecemos!

Cultura de calidad y seguridad del producto

Cuando hablamos de cultura empresarial nos referimos al conjunto de actitudes, valores y creencias compartidas por todo el equipo y que representan el alma de la compañía. Esta se construye cuidando los hábitos y actitudes de todos los trabajadores de la empresa.

El conjunto de actitudes, creencias y formas de actuar que van alineadas con la mejora continua de la calidad y seguridad de producto (o alimentaria) es lo que se entiende como cultura de calidad y seguridad del producto. Como se puede ver es un concepto totalmente alineado con la calidad total y con los cuatro pilares de la norma BRC que son:

  • Calidad
  • Seguridad
  • Legalidad
  • Autenticidad

¿Qué implicaciones tendrá?

Se debe englobar la política de calidad y seguridad de producto en la estrategia empresarial, en caso de que no se haya hecho con anterioridad, y entender que tanto la seguridad como calidad de producto son ventajas competitivas de gran importancia. Esto se puede traducir en:

  • Reducción de las incidencias y no conformidades.
  • Asegurar a las partes interesadas que la salud y la seguridad son una prioridad.
  • Mejorar la conciencia de los empleados y su implicación en la mejora de la calidad y de la seguridad.
  • Aumentar la confianza en las iniciativas de seguridad y calidad existentes y validar que son correctas.
  • Permitir a la dirección poner foco en las iniciativas de seguridad y calidad en los departamentos clave.

Como implantar un plan de cultura de calidad y seguridad de producto

El proceso de implantación del plan de cultura de calidad y seguridad de producto consta de cuatro fases y es un proceso que sigue un esquema circular. Las distintas fases están diseñadas con el objetivo de valorar la madurez de la cultura en la organización y planificar e implementar un plan de acción para mejorar esa madurez y comprobar que este plan de acción es realmente eficaz. Al final de estas etapas y siguiendo los esquemas de la mejora continua, la organización será capaz de detectar otras debilidades con lo que se volverá a empezar el ciclo para buscar la excelencia en los campos de seguridad y calidad de producto.

Nos adentramos en cada una de las fases:

Fase 1: Identificación de debilidades y fortalezas

En esta fase se realiza un diagnóstico del estado de la organización en los campos de seguridad y calidad de producto. Para realizar este diagnóstico se puede utilizar tanto herramientas objetivas (análisis DAFO, análisis de reclamaciones y no conformidades, y evaluaciones de los sistemas de calidad en los distintos comités de la compañía), como subjetivas (cuestionarios de evaluación del personal y buzones de sugerencias).

Los datos generados por estas herramientas se deben comparar con la definición de la cultura de calidad y seguridad de producto de la compañía. Esto proporcionará unas áreas de mejora e indicadores sobre la base actual para llegar a las metas marcadas y se abordará en las siguientes etapas.

Fase 2: Planificación de las actividades a implantar

Una vez identificadas y validadas las áreas de mejora por la Dirección de la organización, se debe definir un plan de acción a distintos niveles de la organización, desde la Dirección hasta el personal de planta. Este plan de acción debe diseñarse para facilitar que cada persona de la organización tenga acceso a la formación y a la concienciación necesaria para llevar a cabo el desempeño de sus tareas. Acciones que pueden formar parte de este plan incluyen la implantación de sistemas de mejora continua a gran escala (5S, Lean manufacturing, 6sigma) y las acciones muy focalizadas y dirigidas a un colectivo en concreto (juegos de rol, bingos, estudio de casos prácticos).

Fase 3: Implantación del plan de acción

El plan de acción definido se debe implantar utilizando de una forma óptima la gestión del tiempo para que afecte lo mínimo posible el normal desarrollo de actividades de los centros productivos, y se disponga del tiempo necesario para poder realizar una revisión de la eficacia posterior de dicho plan de acción.

Fase 4: Revisión de la eficacia

Una vez implantado el plan de acción, se debe revisar si se han producido cambios positivos en las áreas de mejora. Para ello, se repiten los sistemas de diagnóstico empleados en la fase 1 comprobando si los resultados de los indicadores son objetivamente mejores. Por ejemplo, una reducción de reclamaciones, un aumento de fortalezas y una disminución de las debilidades.

Esta última fase se considera la más importante porque con esta se evalúa si el plan de acción implantado ha proporcionado resultados de mejora. También se observa qué puntos siguen siendo debilidades para la organización y qué áreas se pueden seguir mejorando.

¿Cómo se puede conseguir la mejora continua? Pasando de la fase 4 a la 1, siguiendo un esquema cíclico, y realizando una evaluación periódica. Esta es la única forma de poder conseguir los mejores resultados para cumplir con las metas propuestas.

En RepaQ encontrarás consultores técnicos expertos para llevar a cabo y evaluar los resultados de la implantación de un plan de cultura de calidad y seguridad del producto. Recuerda: somos los únicos consultores oficiales BRC Packaging en España. ¡Contáctanos!

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