Las etiquetas ecológicas o ecoetiquetas son una forma de etiquetado que hace referencia al desempeño ambiental de un producto y que habitualmente se representa mediante símbolos. El principal objetivo de estas herramientas es asegurar una comunicación ambiental veraz y fiable, evitando los engaños en la información ambiental facilitada por las organizaciones. Se busca favorecer aquellos productos que producen un menor impacto sobre el medio ambiente, considerando un enfoque de ciclo de vida.
De acuerdo con las normas ISO, existen tres sistemas de ecoetiquetaje, i se clasifican en:
Estas normas definen los principios generales, los objetivos y los procedimientos que deben seguir para los distintos tipos de etiquetas ecológicas i declaraciones ambientales.
En esta publicación nos centraremos en el etiquetado ecológico de tipo I y, concretamente en la Etiqueta Ecológica Europea (Ecolabel).
Sistema voluntario de calificación ambiental que identifica y certifica de manera oficial que ciertos productos o servicios tienen una afectación menor sobre el medio ambiente teniendo en cuenta todo su ciclo de vida. Los productos y servicios ecoetiquetados cumplen criterios ambientales estrictos establecidos previamente. Las ecoetiquetas las otorga una tercera parte independiente, que ejerce como entidad certificadora.
La Etiqueta Ecológica Europea o Ecolabel pertenece a este grupo de ecoetiquetas y se representa por el logo siguiente:
La Etiqueta Ecológica Europea (EEE) fue creada el año 1992 y constituye una parte importante de la política comunitaria de instrumentos voluntarios de ayuda a las empresas y a los consumidores para mejorar su actuación ambiental. La EEE es uno de los instrumentos incluidos en el Plan de Acción Comunitario de Producción y Consumo Sostenible y Política Industrial Sostenible de la UE y cuenta con el respaldo de las autoridades ambientales de la UE y de los Estados Miembros.
El objetivo es promover productos que pueden reducir los efectos ambientales adversos, en comparación con otros productos de su misma categoría, contribuyendo a un uso eficaz de los recursos y a un elevado nivel de protección del medio ambiente.
La Etiqueta Ecológica de la UE es una etiqueta de tipo I, las cuales tienen las siguientes características:
Para calificarse para la etiqueta ecológica de la UE, los productos deben cumplir con un estricto conjunto de criterios. Estos criterios ambientales, establecidos por un panel de expertos de varias partes interesadas, incluidas las organizaciones de consumidores y la industria, tienen en cuenta todo el ciclo de vida del producto, desde la extracción de las materias primas hasta la producción, el envasado y el transporte, hasta su uso y su papelera de reciclaje.
Este enfoque de ciclo de vida garantiza que los principales impactos ambientales de los productos se reduzcan en comparación con productos similares en el mercado.
Los criterios de aptitud para el uso también garantizan un buen rendimiento del producto.
La etiqueta ecológica de la UE minimiza el uso de sustancias peligrosas y sustancias que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente acuático. Las sustancias contenidas en los productos también son altamente biodegradables, por lo que son menos dañinas cuando fluyen hacia el sistema de aguas residuales. El embalaje también se reduce tanto como sea posible y los criterios de aptitud para el uso garantizan el rendimiento eficiente del producto.
La etiqueta se ha otorgado a miles de productos diferentes en toda Europa, incluidos jabones y champús, ropa para bebés, pinturas y barnices, artículos y muebles eléctricos, así como servicios, como hoteles y campings. Puedes ver las distintas categorías de productos en el catálogo de la web de Ecolabel: http://ec.europa.eu/ecat/
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